«Esperanza» en los mayores de Vallecas al recibir la vacuna en Madrid: «Ojalá esto acabe ya»
Enorme expectación de vecinos ante la residencia pública Vallecas de la Comunidad de Madrid
"Hemos pasado mucho miedo. Hemos visto morir a muchos familiares y amigos", comentan las personas mayores
Así se ha vivido en directo en Vallecas la llegada de la vacuna a Madrid
Expectación y «esperanza» a las puertas de la residencia de mayores Vallecas de Madrid ante la llegada de las primeras dosis de la vacuna contra el Covid. «Ojalá esto sea el final y acabe ya». Es lo que transmiten las decenas de personas mayores que pasean o se han congregado frente al enorme edificio de esta residencia pública de la Comunidad de Madrid. «Hemos pasado y aún tenemos mucho miedo», confiesan de manera general. La Comunidad de Madrid recibe del Gobierno este domingo una primera entrega de 1.200 dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, la que ha comprado y autorizado la Agencia Europea del Medicamento. Europa entera comienza hoy la campaña de vacunación, convertida por el Gobierno español de Sánchez, Iglesias e Illa y su televisión oficial, TVE -este domingo por la mañana- en un enorme plató de propaganda. Empezando por las pegatinas con el lema «Gobierno de España» añadidas con urgencia -durante el sábado- a los cargamentos llegados desde Bélgica. Para los 70.000 muertos que el ejecutivo aún hoy no reconoce, todo esto llega tarde. No había vacuna en febrero y marzo, pero sí pudo haber previsión y buena gestión para haber reducido el impacto de la pandemia. Entre todas las residencias de España, Moncloa ha elegido, este domingo, una residencia pública de Castilla-La Mancha, la residencia Los Olmos de Guadalajara, para los primeros pinchazos. PSOE y Podemos gobiernan en esta comunidad autónoma.
«¡A ver si dejan de pelearse los políticos de una vez!. ¡Tienen que salvar España!», nos grita -casi- en directo al micrófono de OKDIARIO, en Vallecas, una señora que nos cuenta está a punto de llegar a los 80 años. «Hemos pasado mucho miedo y seguimos teniéndolo». Se les nota aún en la expresión de sus ojos, que asoman por encima de la mascarilla. Se han apostado frente a la residencia para ver llegar la vacuna. Como en el resto de centros de mayores que hoy la reciben, es imposible lógicamente acceder a su interior, aunque los mayores con los que hablamos la conocen bien por dentro: «Tenemos muchos amigos de dentro. Antes de la pandemia íbamos mucho a jugar a cartas o dominó o a charlar por las tardes».
Es mediodía en Vallecas. La vacuna se hace de rogar. Aunque el almacén desde el que se distribuye está a tiro de piedra, en Guadalajara, anoche mismo fuentes de la consejería de Sanidad no podían asegurar a OKDIARIO a qué hora se las enviaría el ministerio de Sanidad. «Creemos -decían- que a media mañana». Otras fuentes del ejecutivo regional consultadas esta mañana por OKDIARIO prefieren no pensar que «el Gobierno va a hacer política también con la vacuna a la hora de repartirla». La Comunidad de Madrid recibe hoy 1.200 dosis. Tres residencias han sido las elegidas para aplicarlas. La residencia para personas mayores Vallecas, perteneciente a la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) donde nos encontramos; Las Azaleas, del grupo ASISPA, en Ciudad Lineal; y Parque Almansa, del Grupo Ballesol, en Moncloa-Aravaca. Mañana el operativo en Madrid continuará en otros 23 centros una vez -puntualiza la Comunidad- «se reciban las 48.750 dosis previstas». En las notas del gobierno regional asoman muchos condicionales y un cierto aire de desconfianza visto el trato que lleva meses dispensando el Gobierno Sánchez a la región. A las tres de la tarde, Isabel Díaz Ayuso pone palabras a esa sensación de desconfianza que en las horas previas nos han transmitido fuentes de su gobierno. La presidenta madrileña dice en Twitter al comentar la vacunación de Nicanor: «La Comunidad de Madrid inicia un dispositivo sanitario sin precedentes… y añade «que estará sujeto a la distribución suficiente de dosis».
Cerca de las 12.30 horas, a lo lejos se oyen sirenas. Una furgoneta blanca viene escoltada por la Policía Nacional. Las furgonetas policiales se atraviesan en la calle Benjamín Palencia y cortan el tráfico. De ellas bajan más de una docena de agentes con subfusiles y toman posiciones. Decenas de cámaras de televisión y fotógrafos captan el momento. La furgoneta blanca de «Logista-Pharma» con la vacuna en su interior aparca frente a la entrada de la residencia. Todo tiene un toque de espectáculo más allá de la importancia y la relevancia real, indudable, del inicio de la vacunación. Los agentes rodean la furgoneta. Se hace el silencio. Sólo se oyen los «clicks» de los fotógrafos. Al cabo de unos minutos, el director de la residencia sale al exterior y el conductor de la furgoneta le hace entrega de una caja. Del interior refrigerado de la furgoneta salen halos de frio, como si estuviera repartiendo polos. Las vacunas van en cajas con hielos especiales que las mantienen entre los 60 y los 80 grados bajo cero. Esa pequeña caja que coge el director de la residencia parece poco, pero -si la vacuna funciona- esa pequeña caja salvará muchas vidas. Papeleo, firma y el director se la lleva al interior.
Nicanor, de 72 años, ha sido el primero en recibirla. Hoy es el día en que se nos acaba a todos el rechazo a ver pinchazos. La aguja permanece casi un minuto dentro mientras, la jeringuilla va descendiendo. La enfermera la saca y hay aplausos. «No me he enterado de nada», dice Nicanor sonriendo. «El aplauso para ella -dice con modestia- que lo ha hecho fenomenal». Tras él, José Antonio de 78 años y María, de 86. En 21 días recibirán la segunda dosis. La inmunidad se adquiere al cabo de siete días de esa segunda dosis. Todo está organizado, lógicamente, para que quienes ahora reciban la primera, tengan asegurada la segunda dosis al cabo de una semana.En todas las comunidades autónomas, la vacunación se lleva a cabo en las propias residencias con personal de hospitales públicos. En Madrid, además, las autoridades sanitarias han impartido una formación específica a las residencias que disponen de enfermería y personal sanitario propio.
Fuera, el trasiego sobre todo de personas mayores continúa. Pilar e Isabel, sentadas en un banco, hacen bicicleta con unos de esos pedales a la altura del suelo. «Ven para acá», nos llama en directo Isabel. Quiere hablar. «Tengo 92 años y aquí estoy», dice sin parar de pedalear. «Me alegro mucho de que les llegue la vacuna a los de ahí dentro. Vivo ahí enfrente (nos señala su balcón… sin parar de pedalear) y yo, durante el confinamiento, hice muchos amigos por la venta en eso de los aplausos. Me ponía ahí con la bandera y hablábamos a gritos. Yo, en cuanto pueda, me la pongo también». Preguntamos si confían en la eficacia de la vacuna y en que no tenga efectos secundarios. «La han hecho muy deprisa», dicen, «pero en la tele cuentan que es segura y habrá que fiarse». La «tele», está claro, para estas personas mayores, por edad y costumbre, va a Misa… Muchos nos repiten lo que ven y escuchan en «la tele».
Todas estas personas con las que hablamos en directo en OKDIARIO nos cuentan básicamente lo mismo: el enorme «miedo» que han pasado estos meses y siguen teniendo y la «esperanza» de que «esto acabe ya». Pero esta mañana soleada en Vallecas va sobre todo de nombres propios. De los que nos recitan a las puertas de la residencia; de los nombres propios de los seres queridos que han muerto por el Covid. «La masacre de personas mayores en toda Europa», tal cual la calificó la OMS. Pilar, Isabel, María… nos cuentan en directo a OKDIARIO lo que vivieron en primera persona. Han sido testigos directos del drama vivido. Son generaciones duras, acostumbradas a la responsabilidad, el esfuerzo y la resignación. «Ayer vi por la tele el centro de Madrid todo lleno», se indigna una de nuestras interlocutoras. «¡En qué piensa la gente!». Está enfadada. «Estamos pasando las Navidades solos, sin ver a los hijos y los nietos… y mientras toda esas personas por el centro», dice con sensatez. La Navidad a solas, es el otro precio que los mayores están pagando por la pandemia. «Sólo salimos por aquí, que es amplio y corre el aire a dar un paseo o hacer la bicicleta esa», dice señalando al banco donde Isabel sigue pedaleando y hablando a la vez.
Los medios van retirándose, la calle Benjamín Palencia va recuperando la placidez de un domingo frio de Navidad. Algunos de los mayores siguen mirando al edificio, como si esperaran que alguien saliera a hablarles desde alguna ventana para decirles que esta pesadilla, con la vacuna, va a acabar de verdad. Pero la realidad es que son muchas aún las incógnitas y que la vacuna de Pfizer, casualidad o no, ha llegado justo cuando una nueva cepa amenaza el continente. Madrid ha confirmado este sábado cuatro casos de la nueva cepa del coronavirus surgida en Reino Unido y que entraron por el aeropuerto de Barajas. Ello motivó de nuevo la protesta de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, hacia el Gobierno. Ayuso calificó Barajas como un “coladero”.
El gobierno regional, en boca de su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, ha destacado estos días la importancia de esta primera vacunación para proteger las residencias de las personas mayores que son las más vulnerables al Covid. Pero el gobierno madrileño también ha querido poner de relieve estos días que la vacuna es sólo “parte del principio del fin” y que «queda mucho camino por recorrer».
Estrategia Nacional
La de hoy domingo es la primera de las tres etapas establecidas en la Estrategia de Vacunación contra el Covid-19 en España. El plan da prioridad a cuatro grupos de población: los residentes y personal sanitario y sociosanitario en residencias de personas mayores y con discapacidad; el personal sanitario de primera línea; otro personal sanitario y sociosanitario y grandes dependientes no institucionalizados.
A partir de mañana lunes -y cada lunes- se enviarán 350.000 dosis a las comunidades autónomas. Hasta marzo, España recibirá 4.591.275 dosis de esta vacuna de Pfizer con las que se conseguirá inmunizar a 2.295.638 personas. Ese es el objetivo de esta primera etapa de doces semanas.
Las primeras dosis para hoy domingo salieron el miércoles pasado de Bélgica. En España, custodiadas por la Guardia Civil, permanecen en un almacén de Pfizer en Guadalajara entre enormes medidas de seguridad. El transporte y almacenamiento de las vacunas no sólo requieren seguridad de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. También, unas condiciones especiales para su mantenimiento: entre 60 y 80 grados bajo cero.
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